lunes, 21 de julio de 2008

LECTURA CONTRA EL CALOR.

En estas vacaciones (que para mí han tocado a su fín), he dado cuenta de sólo dos libros. "El quinto elefante" de Terry Pratchett, y "Antártida 1947: La guerra que nunca existió" de Felipe Botaya.
Como del libro de Pratchett ya he dado bastante la brasa, simplemente decir que me lo zampé en tres días y que es MUY simpático. Samuel Vimes sigue siendo el policía más duro de todo Mundodisco.
Ahora vamos con el otro. A este autor ya lo conocía por otra obra suya, "Operación Hagen", muy recomendable por la maestría con la que consigue mezclar hechos históricos verificables con fantasía.
Si en su anterior libro nos presentaba un III Reich armado con bombas nucleares, este libro toca otras leyendas de parecida tendencia.
Comienza su historia presentándonos un submarino alemán de última generación que emerge frente a las costas argentinas meses después del final de la 2ª Guerra Mundial.
A partir de ahí, se desvela la existencia de una inmensa colonia alemana en la Antártida, donde se habrían refugiado Hans Kammler y otros nazis para proseguir con sus más avanzadas investigaciones científicas, que a lo largo del relato se manifestarán en forma de más submarinos, unos misteriosos 'discos volantes' y devastadoras armas basadas en una tecnología avanzadísima.
El argumento nos presentará la reacción de los Estados Unidos ante estos descubrimientos, desatando la Operación Highjump como intento de acabar definitivamente con el enemigo nazi sin alertar a la opinión pública.
El resto de la historia deberá leerlo quien quiera.
Este libro repite la fórmula de "Operación Hagen": una concienzuda documentación histórica que permite al autor presentar la trama como verosímil, y lo hace de una forma más que notable, como verán los lectores por la forma en que el autor 'remata' la faena.
A mí me gustó más "Operación Hagen", quizás por aquello de la novedad. De todas formas es una lectura ligera, refrescante y amena, que es lo que se busca en verano.

sábado, 5 de julio de 2008

IRSE CON ESTILO.

En un lejano ya 1.981 descubrimos que la arqueología no era tan aburrida como parecía, y la historia del cine dió la bienvenida a un héroe cuya silueta con látigo, fedora y ajada chaqueta de cuero se nos quedó grabada en la retina mientras huía de una enorme bola de roca o les chafaba la fiesta a los chicos malos del III Reich.
En 1.984 volvimos al cine para ver al doctor Jones embarcado en otra aventura, esta vez en un templo en la India.
En 1.989, llegó lo que parecía el final de la historia, pero habíamos visto al arqueólogo chulearle un autógrafo al mismo Hitler, y encontrar el Grial, así que no había de qué quejarse.
En 1.993, Antena 3 emitió las aventuras de infancia y juventud del doctor Jones, y los fans tuvieron otra ración de aventuras, aunque ya entonces la cosa chirriaba bastante.
LLegamos a 2.008. Tenemos menos pelo y más michelines, pero seguimos fieles a las sagas que nos hicieron vibrar. Por ello, no descargamos sin más la película, sino que acudimos a la sala de cine (por primera vez en más de un año y a pesar de las malas críticas).
Harrison Ford ya no está para muchos trotes y se nota, pero es nuestro héroe, así que eso se perdona.
Lo malo es que la película es un cúmulo de los siguientes desmadres mezclados sin ton ni son.:
- El Area 51. Aquí hacen un guiño a los fans dejándonos ver el Arca de la Alianza metida en una caja.
- Soldados y espías soviéticos en pleno EE.UU. disfrazados, pero con un acentazo que les impediría ni pedir la hora sin ser descubiertos (ya que estamos, si la trama va a desarrollarse en Sudamérica ¿por qué no seguir con los nazis?).
- Una Cate Blanchett haciendo de mala que más que miedo da risa (eso de ir a todas partes con un juego de estoques está bien si peleas con el Zorro o D'Artagnan pero Indy, además de látigo, solía llevar revólver ¿recuerdan?).
- Un ayudante para nuestro héroe que no sabe más que repeinarse el tupé, llamar abuelo a Indiana y poner cara de acelga.
- Marion, la pareja de Indiana en la primera película, que tras 24 años y sigue igual... de mal. Uno entiende que Indiana Jones saliera por patas.
- Huidas imposibles (más que de costumbre, quiero decir, porque lo de sobrevivir a una explosión nuclear metiéndose en una nevera...) que llegan a hacernos soltar media carcajada.
- Para rematar la fiesta... marcianos. Sí, como lo oyen. Una cosa es que Indiana Jones se haya visto siempre envuelto en búsquedas de objetos místicos, y otra que ahora se dedique a perseguir hombrecillos verdes. Para este bodrio era mejor haber fichado a Mulder y Scully.
Los fans esperábamos, cuando se anunció la cuarta entrega, ver en la gran pantalla la aventura que ya habíamos disfrutado en nuestros ordenadores en un videojuego mítico, pero no hemos tenido tanta suerte.
Uno hubiese deseado que Indiana Jones se desvaneciese con estilo en una última aventura épica, pero no ha podico ser. Una lástima.

miércoles, 2 de julio de 2008

EL QUINTO ELEFANTE [2]

Hace escasamente media hora me acerqué a un centro comercial para unas compras rápidas de cara a las inminentes vacaciones y... casi lo paso por alto. Me está bien empleado por fiarme de los avisos de las editoriales y de los rumores.
Habían dicho que "El quinto elefante" estaría en la calle el día 4, pero de eso nada. ¡YA ESTÁ A LA VENTA!
Una advertencia para prevenir lamentables despistes: Los chicos de Plaza y Janés nos tienen habituados a cambiar los colores de las tapas pero, en esta ocasión, el azul pálido predominante en las tapas de "El quinto elefante" repite las tonalidades de "¡Voto a bríos!".
Y poco más tengo que hacer excepto animaros a correr a la librería más cercana.
Como dice en la solapa de la portada "(...) uno de los libros más divertidos y esperados de la serie. Y no deja de ser cierto porque lo hayamos dicho veintitrés veces antes."
Ya puedo marcharme de vacaciones con el señor Pratchett en la maleta, como viene siendo habitual desde hace unos cuantos años.