Lo peor de la película viene de su argumento, que no es nada nuevo. Se resume así: "Alienígena inofensivo llega a planeta y es protegido del malvado gobierno por un adolescente con problemas personales hasta que todo acaba bien." La única novedad estriba en que el alienígena es un humano, un astronauta bastante creído, por lo demás, ya la hemos visto alguna que otra vez.
Los personajes tampoco son para tirar cohetes, de hecho no están muy aprovechados y son demasiado estereotipados. En casi todas las películas que flaquean en el elenco principal los secundarios lo tienen fácil para ganar protagonismo, y aquí ocurre igual. Los mejores son el simpático Rover, la sonda de exploración que sólo sabía mandar fotos de piedras y no avisó de que el Planeta 51 estaba habitado (menuda crítica sutil a la N.A.S.A. y sus catástrofes) y que hace amistad con otro secundario que consigue elevar el nivel de la película en las contadas ocasiones en las que aparece: Alien. Sí, amigos, el asesino implacable aquí aparece transmutado en una simpática mascota que derrite farolas al hacer sus necesidades, trata de atrapar al que se despista con su lengua camaleónica y se convierte en el terror... del cartero. Es lo único de esta película que a mí me ha hecho lanzar alguna carcajada.
Por lo demás, la película está plagada de guiños a los amantes del cine de ciencia ficción, desde la parodia de E.T. hasta el mítico Alien de compañía, pasando por un pueblo con un tufillo sospechoso a Hill Valley (la toma de la gasolinera, el cine y el bar da el pego por completo, sólo falta el edificio del reloj y un De Lorean aparcado).
Es una pena que no hayan sabido aprovecharla más. Obligatoria para aquellos que tengan niños a su cargo (¡yo dentro de poco!) pero desde luego no merece tanta fanfarria. Pasable, como mucho.
Los personajes tampoco son para tirar cohetes, de hecho no están muy aprovechados y son demasiado estereotipados. En casi todas las películas que flaquean en el elenco principal los secundarios lo tienen fácil para ganar protagonismo, y aquí ocurre igual. Los mejores son el simpático Rover, la sonda de exploración que sólo sabía mandar fotos de piedras y no avisó de que el Planeta 51 estaba habitado (menuda crítica sutil a la N.A.S.A. y sus catástrofes) y que hace amistad con otro secundario que consigue elevar el nivel de la película en las contadas ocasiones en las que aparece: Alien. Sí, amigos, el asesino implacable aquí aparece transmutado en una simpática mascota que derrite farolas al hacer sus necesidades, trata de atrapar al que se despista con su lengua camaleónica y se convierte en el terror... del cartero. Es lo único de esta película que a mí me ha hecho lanzar alguna carcajada.
Por lo demás, la película está plagada de guiños a los amantes del cine de ciencia ficción, desde la parodia de E.T. hasta el mítico Alien de compañía, pasando por un pueblo con un tufillo sospechoso a Hill Valley (la toma de la gasolinera, el cine y el bar da el pego por completo, sólo falta el edificio del reloj y un De Lorean aparcado).Es una pena que no hayan sabido aprovecharla más. Obligatoria para aquellos que tengan niños a su cargo (¡yo dentro de poco!) pero desde luego no merece tanta fanfarria. Pasable, como mucho.
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