En esta cinta hay de todo: numerología, extraterrestres, misticismo, profecías religiosas, sustos tontos... sólo le falta el no haber marcado el fin del mundo para el 21 de diciembre de 2.012 y mencionar a Nostradamus.
Desgraciadamente la trama, que daba para más, se hace bastante pesada y llega incluso a aburrir soberanamente. De hecho uno llega a desear que se acabe el mundo para poder seguir a lo suyo.
Es extraño cómo algunas ideas realmente buenas pueden quedarse en nada por falta de inventiva.
En los momentos iniciales de la trama vemos cómo se plantea la eterna disquisición entre el determinismo y el azar. Un argumento que hubiera ahondado en algo así podría haber dado pie a mucho más que a simples artificios que no llevan a nada y no ofrecen nada.
Podríamos salvar algunas escenas, sobre todo de la parte final de la cinta, por su interés técnico, (el accidente de avión y el de metro son eso, puros fuegos artificiales) pero desde luego no creo que esta película quede en la memoria del público como una maravilla, ni siquiera llega a entretener, porque hay momentos de auténtico aburrimiento.
Desgraciadamente la trama, que daba para más, se hace bastante pesada y llega incluso a aburrir soberanamente. De hecho uno llega a desear que se acabe el mundo para poder seguir a lo suyo.
Es extraño cómo algunas ideas realmente buenas pueden quedarse en nada por falta de inventiva.
En los momentos iniciales de la trama vemos cómo se plantea la eterna disquisición entre el determinismo y el azar. Un argumento que hubiera ahondado en algo así podría haber dado pie a mucho más que a simples artificios que no llevan a nada y no ofrecen nada.
Podríamos salvar algunas escenas, sobre todo de la parte final de la cinta, por su interés técnico, (el accidente de avión y el de metro son eso, puros fuegos artificiales) pero desde luego no creo que esta película quede en la memoria del público como una maravilla, ni siquiera llega a entretener, porque hay momentos de auténtico aburrimiento.
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