jueves, 21 de junio de 2007

Otro paso.

Tras mucho tiempo sin guitarra eléctrica en casa (la anterior se murió por vieja, maltrato y dejadez, lo confieso), he adquirido una Squier Stratocaster de Fender que he fotografiado aquí junto a mis otras criaturas. Preciosa y precisa, con un sonido más que aceptable, a pesar de ser el modelo 'modesto' de la mítica marca. Al ajustarla (algunos lo llaman 'quintar' o 'templar') me encontré con la sorpresa de que no hizo falta ningún ajuste. Venía perfecta de fábrica. Y eso que soy bastante exigente en estos detalles.

Y después de casi un mes, uno se da cuenta de que el tiempo no pasa en balde. LLevaba casi 4 años sin tocar 'en serio'. A pesar de llevar bastantes días practicando a diario, noto que la mano izquierda se ha hecho más lenta y pesada, y la derecha ya no mantiene la precisión de épocas pasadas. Tempus fugit, que decían algunos.

De todas formas, es un verdadero placer volver a sentir los dedos sobre el mástil. Y ahora también he descubierto los milagros de la informática aplicada a la guitarra. El programa Guitar Pro me está permitiendo hacer cosas que antes me requerían horas de esfuerzo (nunca fui muy bueno en poner las notas en un pentagrama). Otro detalle más que me indica que soy un informático y músico de la vieja escuela...

Pero seguimos caminando.

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