¿Buscas relajarte con un buen tiempo asegurado y sin asfixiarte por la noche? ¿Viajas con niños y buscas animación pero en ambiente familiar? Pues Playa Blanca, en Lanzarote, es tu destino.
Ahora mimemos la lorza abdominal. No va a ser todo playa y paseos idílicos bajo el sol...
Vayamos hasta un pueblecito que se divisa en las alturas: Femés. Allí nos sentaremos cómodamente en El balcón de Femés. Ese nombre anticipa que las vistas son espectaculares, pero venimos a darle gusto al gusto ¿verdad? Pues a ello. El servicio es exquisito y la comida una delicia. Añadamos que no está invadido por el turismo y el conjunto es irresistible.
Y ahora vamos al norte, hasta Arrieta. Allí buscaremos un pequeño restaurante llamado La nasa (la de pescar, no la que llueve chatarra sobre Marte). El local es angosto y algo oscuro pero si podemos hacernos con una de las tres mesas del ventanal al fondo disfrutaremos, no sólo de unos pescados deliciosos (y ojo que habla un carnívoro militante) sino de una vista preciosa.
El resto... juego de niños. Con esas dos visitas podemos regresar a casa con una sonrisa en la boca y varios kilos de más.
Vayamos hasta un pueblecito que se divisa en las alturas: Femés. Allí nos sentaremos cómodamente en El balcón de Femés. Ese nombre anticipa que las vistas son espectaculares, pero venimos a darle gusto al gusto ¿verdad? Pues a ello. El servicio es exquisito y la comida una delicia. Añadamos que no está invadido por el turismo y el conjunto es irresistible.
Y ahora vamos al norte, hasta Arrieta. Allí buscaremos un pequeño restaurante llamado La nasa (la de pescar, no la que llueve chatarra sobre Marte). El local es angosto y algo oscuro pero si podemos hacernos con una de las tres mesas del ventanal al fondo disfrutaremos, no sólo de unos pescados deliciosos (y ojo que habla un carnívoro militante) sino de una vista preciosa.
El resto... juego de niños. Con esas dos visitas podemos regresar a casa con una sonrisa en la boca y varios kilos de más.
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