jueves, 11 de septiembre de 2008

GUERRAS CÁNTABRAS.

"Roma es la luz" decía el bueno de Máximo en 'Gladiator'.
Dejando a un lado las tremendas patadas históricas de la película, la frase es perfecta. Roma iluminó el mundo con tal intensidad que esa luz sigue maravillándonos siglos después.
El fin de semana pasado acudimos hasta Los Corrales de Buelna en Cantabria. Allí cada año desde hace 8 los vecinos se lían la manta a la cabeza (o, ya puestos, la toga) y realizan una formidable recreación de los sangrientos enfrentamientos entre los pueblos cántabros y las legiones romanas que, comandadas por Marco Vipsanio Agripa, finalmente los sojuzgaron. Lo llaman "Las guerras cántabras".LLegamos en la mañana del sábado, aparcamos en el amplio lugar destinado a ello y nos encaminamos hasta el Macellum (mercado de época). Quedamos encantados, y no sólo por la gran amabilidad de los comerciantes y la amplia gama de productos, además de los talleres de manualidades en los que los más pequeños se veía que disfrutaban de lo lindo.
Allí, y más tarde al recorrer el pueblo, pudimos apreciar hasta qué punto la fiesta ha calado en la población: No parábamos de cruzarnos con fieros guerreros cántabros que iban a comprar el pan o con nobles patricios romanos que leían tranquilamente el periódico en las terrazas o charlaban por la calle. No parecía que hubiese mucha animosidad entre unos y otros, la verdad.
Unos y otros compartían tranquilamente sus localidades cuando a las 20:00h comenzó el espectáculo en el 'Circo romano' (una amplia explanada en realidad).
Presenciamos una sesión del senado, debatiendo cómo encarar la dura contienda con los cántabros. Luego aparecieron las legiones desfilando con sus insignias, escudos y lanzas. El
público entero quedó asombrado. Agripa hizo su discurso para enardecer a sus hombres y luego partieron hacia Cantabria. En la explanada apareció una tribu de bárbaros decididos a suicidarse frente a la imparable invasión romana. Cuando todos ellos hubieron perecido, las tropas latinas volvieron a aparecer. Más tarde unas mujeres cántabras esclavizadas clamaban venganza a sus dioses. El colofón de la representación fue presenciar la crucifixión de unos prisioneros a manos de los invasores romanos.
Todo esto, que se cuenta en pocas líneas, había que verlo (de hecho animo a todos los que lean esto a que el próximo año acudan a disfrutar). Fue una representación admirable, hecha por gentes de la zona, con pasión, gusto, minuciosidad... El sonido era envidiable, algo que sorprende y se agradece en este tipo de actos, la iluminación era adecuada y estaba bien organizada, y la impresión general es sobresaliente.
¿Queremos atraer turismo sin depender del clima? ¿Ofrecer algo alternativo e interesante?. Cuando vi la recreación del alzamiento contra los franceses en Gijón fue lo que pensé, y una vez visto lo que se puede hacer con muchas ganas, apoyo de la población y una correcta planificación... me quito el sombrero ante los vecinos de Los Corrales de Buelna y les deseo lo mejor. Si nada lo impide el año próximo allí estaré de nuevo para disfrutar.

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