lunes, 21 de enero de 2008

Y YO CON ESTOS PELOS.

Mi hermanita del alma ha vuelto de Nueva York. Pasó allí un par de semanas, disfrutando de unas merecidas vacaciones.
Estaba al otro lado del océano pero el domingo por la noche estuvimos toda la familia viéndola a través de las webcam que circundan Times Square.
Puede sonar a provinciano pero no crean, no lo es.
Para muchos de los implicados era su primera experiencia con las cámaras web, con la consiguiente confusión, curiosidad y sorpresa.
Y precisamente éstas son las cosas que siguen dejando con la boca abierta a muchos y, a pesar de saber que son técnicamente sencillas, dejan un aroma mágico en el ambiente.
Aunque no sea una webcam de un ordenador portátil, que permite hablar cara a cara, sí que pudimos ver que hacía un frío de pelar (-2º C) y que nuestra exploradora dicharachera combatía el frio con un vaso de café (me supongo que Starbucks o similar), una cazadora (más bien fina para lo que exigía la ocasión) y una bufanda.
Poco abrigo, pero eso nos lo contará cuando se haya recuperado del jet-lag, que puede parecer una tontería pero te deja hecho polvo, y compartamos un buen rato hablando.
Este pequeño experimento familiar hace que el mundo se vaya haciendo más y más pequeño cada vez. Ver a una persona en la otra punta del planeta nos da una tremanda sensación de proximidad.
La aldea global es más que una expresión simpática. Es una realidad. Tú en la otra punta del planeta y yo con estos pelos...

No hay comentarios: