martes, 15 de abril de 2008

ORDEN EN LA SALA.

Me hago mayor. Y no sólo por las canas, que van surgiendo lenta y silenciosamente.
Como buen informático y mitómano irredento, he ido acumulando multitud de cosas (principalmente libros, discos y tebeos) hasta el punto de que el tótem de la urraca me iría que ni pintado.
Pertenezco a la generación kidult, por lo que se pueden imaginar el tremendo volumen de artículos de ocio que voy acumulando (NO, las guitarras NO cuentan, me niego).
Lo que nunca hasta ahora me había pasado es entretenerme al poner orden en el caos cotidiano que me rodea, pero ayer por la tarde me pasé un par de horas dejando mis posesiones ordenaditas y bien apiladas… y me gustó.
Años de infancia y adolescencia evitando con uñas, dientes y disimulo arreglar mi habitación o romper el ‘caos ordenado’ de mis pertenencias… para acabar disfrutando de apilar los cds en cajas, poner los libros ordenados por temáticas (aunque sea poniendo dos capas de libros en cada balda) y bajar al trastero cosas que estorban.
Y así vemos cómo pasa el tiempo. Nunca hubiese imaginado que una caja de más de 500 disquetes de 3 ½” acabase descartada como material inútil. Y todavía menos apartar más de 100 discos compactos por el mismo motivo…
LLevo un tiempo pensando pasar mis compactos a formato dvd, para reducir el espacio, pero me da pereza (por no hablar de que sería una tarea titánica, porque estamos hablando, así a ojo, de unos 300 discos). Además ¿qué pasará cuando en breve llegue el siguiente formato? ¿Qué hago con los dvd?
Si la cosa sigue así acabaré cogiéndole gusto a esto del orden, y eso no se puede consentir.

No hay comentarios: