viernes, 14 de diciembre de 2007

FAHRENHEIT 451... NO HARÁ FALTA.

Si estás leyendo esto eres un bicho raro, y no lo digo sólo por pasear por aquí. ¿Además entiendes lo escrito? Pues no sólo eres raro, eres peligroso.
Entiéndelo: tienes un cerebro funcional con la habilidad, no sólo de adquirir nuevos conocimientos, sino de ¡cuestionarte la validez de esos conocimientos! Eres un peligro para el sistema. No se puede permitir que gente como tu ande por ahí sin control.
Pero como han vendido y hemos comprado la ilusión de la democracia hay que guardar las formas, no pueden atacarte abiertamente. Usan la táctica totalitaria de anular a la siguiente generación.
Es la interminable pugna entre gobernantes y gobernados. Cuanto más inculto el ciudadano, más fácil manejarle. El viejo “Panem et circenses” sigue hoy en vigor, con poco ‘panem’ (y no hablemos del precio de la ‘lechem’), y pésimo ‘circenses’ (fútbol, Gran hermano –pobre Orwell- y similares).
Las próximas generaciones van camino de ser los bueyes mansos que malviven matándose a trabajar para ramonear cada vez menos y para hipotecar a sus nietos por pagarse un mal pesebre.
Y si dentro de unos años no tenemos profesionales cualificados, da igual: en el tercer mundo los hay, y vendrán aquí por la mitad de lo que pida un aborigen.
Sin una mente crítica, sin conocimientos suficientes, sin poder acceder a puestos de trabajo (y no digamos puestos dignos)… Los jóvenes de hoy y mañana estarán indefensos a todos los niveles. Serán unos modernos siervos de la gleba, presa fácil para la manipulación.
Todo esto quizás suene exagerado, pero por si acaso yo ahorraría para pagarle los estudios en el mejor sitio posible a mi descendencia (como hace la casta dirigente mientras alaba el sistema público). Pero antes de llegar a eso, me dejaría la piel en enseñar a leer y a pensar a esa siguiente generación.
El informe PISA 2006 avisa: la comprensión lectora cae en picado entre los alumnos españoles. Los políticos escurren el bulto diciendo que no vamos tan mal, hemos mejorado en ciencias… Extraño porque, para mejorar los conocimientos, hay que leer mucho y entender lo que se lee.
Pero no se preocupen. También dicen tener el remedio para el fracaso escolar (sobre el papel, evidentemente). Si ‘fracaso escolar’ es tener muchos suspensos ordenamos al sufrido profesor –tras arrancarle su autoridad- que no hay más de un cupo de calabazas en el aula (y que las justifique cual sospechoso defendiendo su inocencia), rebajando el nivel exigido, e igualándolos en la mediocridad. Además legislamos para que se pase de curso con cada vez más asignaturas suspensas y, por si no fuera bastante, que sólo se repita una vez por ciclo. Y prohibimos a los chicos abandonar el centro en horario lectivo, para que estén convenientemente aparcados.
La igualdad de la mediocridad es la mayor traición que se puede hacer a los humildes, a los que no pueden pagar nada mejor. Los pudientes cogerán a sus retoños y los llevarán donde les ofrezcan calidad y resultados.
La libertad física no es nada sin la capacidad para pensar. ¿Democracia? No me hagan reir.

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