martes, 21 de julio de 2009

LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA.

Segundas partes nunca fueron buenas. Eso dicen.
"Pues el otro día vi un partido y la segunda parte fue mejor que la primera... le pegaron al árbitro y todo." decía Groucho Marx en -creo- "Plumas de caballo".
"La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" es un libro más flojo que su predecesor por dos motivos:
1.- La trama se alarga demasiado hasta restarle identidad propia al libro. De hecho este tomo carece de un final digno de ese nombre y nos obliga a tomar el tercer volumen para ver en qué acaba todo.
2.- Los excesos creativos sobre uno de los personajes, y que en el primer libro ya representaban uno de los pocos puntos negativos de la obra, se convierten ahora en un lastre que le resta credibilidad precisamente a ese personaje, el más fresco y carismático de todos, y eso va en perjuicio del total.
Por lo demás, el relato conserva una agilidad y una tensión satisfactorias, el estilo sigue siendo muy fresco, y la trama absorbente. Ni qué decir tiene que es lo suficientemente cautivador como para forzar a lanzarse sobre el tercer tomo sin esperar más.

No hay comentarios: