jueves, 25 de octubre de 2007

LA FAMILIA Y UNO MÁS.

Hoy la colección tiene un nuevo fichaje: la guitarra de viaje Johnson.
Como su nombre indica, es un instrumento pensado para llevar por esos mundos ocupando y pesando lo menos posible.
Su caja de resonancia, reducida a la mínima expresión, hace que el sonido recuerde al de una guitarra española, aunque con el ataque y color característico de las acústicas. No es un sonido con calidad para dar un concierto, pero más que suficiente para llevarla a cualquier fiestecilla y pasar un buen rato, que es su objetivo.
De momento se hace un poco extraño tocar con un cuerpo tan pequeño bajo el brazo, y creo que necesitaré practicar con ella hasta sentirme cómodo, pero le auguro muchos viajes a esta belleza. Está claro es que es una guitarra que se puede llevar a cualquier sitio (incluye funda flexible con correa). No ocupa casi nada, y casi se puede decir que no pesa.
Por lo demás, tiene un acabado bastante bueno, y los componentes tienen buen aspecto.
Como de momento las nuevas adquisiciones son pequeñitas me arreglo con el sitio que tengo, pero en cuanto llegue la más que retrasada Fender acusticoeléctrica que tengo encargada desde antes del verano, habrá que replantearse el tema del espacio.

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