miércoles, 10 de octubre de 2007

¿ANUNCIOS? RENUNCIO.

No tengo unos hábitos televisivos normales, hace años me curé de ese vicio adictivo, y ahora sólo veo por semana el telediario nocturno y retazos de alguna serie. A eso añadiremos pedazos de documentales en cadenas por cable (pongamos 2 horas más en toda la semana). Los viernes por la noche cambio el telediario por una película (que no proviene realmente de la televisión sino de mi videoteca descargada).
Realmente sólo veo Antena 3 y Tele 5. La primera para el telediario (menos cuando nos martirizan con el fútbol) y la segunda para alguna serie. Y todo lo poco que veo, es más de lo que se merecen.
¿Cómo puede consentirse que durante un telediario -en este caso de Tele 5- hagan una pausa de 12 minutos para poner anuncios y retornen al telediario para que el sr. Piqueras diga sin inmutarse "Esto ha sido todo. Buenas noches." y vuelvan a poner anuncios? ¿O que tengan la poca delicadeza de cortar una frase en medio de una escena para pasar a la publicidad? Si no respetan a sus espectadores y sólo nos tratan como consumidores aborregados, que no se quejen cuando huimos de ellos como de la peste.
Yo ya no soporto una película con anuncios. No puedo consentir que tengan la desfachatez de largarme 20 minutos de propaganda cuando todavía no han acabado los créditos de inicio de la película -y no exagero lo más mínimo- o que incluso dejen una película sin final tras 25 minutos de anuncios.
La última "gracia" que he tenido que sufrir ha sido en un DVD (un estreno de los últimos), que es ya reirse del cliente sin ninguna vergüenza. Porque si compro un DVD -después de esto lo va a hacer su padre, ¡viva el Emule!- no es para tener que aguantar por narices 3 trailers de películas cada vez que el disco arranca desde su inicio, además de las amenazas de la S.G.A.E. mal disimuladas con forma de otro anuncio. El DVD es precisamente para olvidarme de esas gilipolleces, y perdón por el taco.
Luego llaman piratas a los que buscan películas descatalogadas en un formato de alta calidad que lleve íntegro su metraje. A esos yo los llamo cinéfilos.
Harían bien en buscar otros medios de promoción, porque la paciencia se acaba y la de los espectadores, aunque no desmerecía frente a la del santo Job, ya no da para más.

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