miércoles, 8 de abril de 2009

CRONOPAISAJE.

He tardado más de la cuenta en devorar esta interesante novela de ciencia ficción, pero la agenda no da para más.
La acción se desarrolla en 1.962 y 1.998 (ambas fechas a 18 años de distancia de la de publicación, 1.980).
En 1.998, el mundo se enfrenta a una inminente catástrofe ecológica y, ante esta situación límite, surge la posibilidad de usar una partícula hipotética elemental, llamada taquión, como medio para enviar mensajes al pasado e intentar cambiar las cosas.
El mensaje llega a 1.963, donde un joven científico lo capta de forma casual y comienza una lucha desesperada por conseguir que la comunidad científica le haga caso.
La trama así descrita bastante sencilla, pero el encanto de este libro está en la visión que ofrece del entorno científico, donde las rivalidades van más allá de simples opiniones divergentes y los méritos y promociones son a la vez armas y objetivos. Se nota que Gregory Benford es un científico y ha vivido en ese medio.
También son muy interesantes las reflexiones acerca del tiempo, uno de los campos de batalla de la física actual.
Otro detalle simpático (que desgraciadamente llega ya casi al final del libro y no se aprovecha más a fondo) es la ucronía que se plantea en la que Kennedy sobrevive al atentado de Dallas -impagable el hecho de que aquí Oswald se presenta como el tirador solitario- y llega a convertirse en una especie de Nixon, con su propio Watergate.
El desenlace es bastante optimista... según qué universo se elija (quien conozca la teoria de Terry Pratchett de los pantalones del tiempo ya se puede hacer una idea de por dónde van los tiros).
Una novela muy interesante, ganadora del premio Nébula de 1.980, de la que me parece encontrar influencia en otras obras como "El quinto día". La recomiendo.

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